Una de las conclusiones más claras de la configuración del paseo antes de su reforma se refería a la escasa oferta de zonas de paseo para el volumen de peatones habituales en la zona. Este hecho era todavía más evidente en el lado interior, donde había estrechamientos y poca permeabilidad transversal a causa de los pocos pasos de peatones y la gran distancia entre ellos.
Accesibilidad y seguridad son los conceptos predominantes en el diseño general de la intervención. En este sentido, el aumento de los pasos de peatones de 11 a 24 o los nuevos accesos al muelle de las Golondrinas desde edificios emblemáticos como el Auditorium caminan en esta dirección.
En referencia a los estrechamientos en el lado interior del paseo, por regla general se produce un aumento del ancho pasando de siete a diez metros. En este sentido, un área conflictiva que se ha solucionado es el frente portuario del torrente de Sant Magí, donde la acera tiene dos metros de ancho y se ampliará hasta los cinco metros con la mejora de la conexión con el nivel inferior del muelle.