Entre las prioridades fundamentales del proyecto de reforma del paseo Marítimo de Palma, la lucha contra el cambio climático y los compromisos dentro del marco europeo para reducir las emisiones de CO2 figuran en un lugar preferente. Desde el primer momento se ha pensado esta reforma como una intervención humana que muestre el nuevo paseo como modelo de referencia de los mejores estándares ambientales.
Incentivar un cambio en la movilidad dando preferencia a los desplazamientos no motorizados y al transporte público, además de la implementación de áreas con vegetación autóctona y arbolado con el objetivo de rebajar el efecto “isla de calor” y actuar como captadores de CO2 son, entre otras, algunas de las medidas dirigidas a rebajar los efectos de la subida de temperaturas y otras consecuencias del cambio climático. La pacificación del paseo Marítimo y su recuperación como zona de paseo para peatones, optimizando las relaciones entre el puerto y el frente edificado y las actividades que se desarrollan también forman parte de esta contribución a las exigencias climáticas y ambientales.