El eco de las reformas se expandirá a otros lugares de Palma
Lo aseguró recientemente Elías Torres, arquitecto y cerebro del proyecto de reforma del paseo Marítimo de Palma: “Es la obra más importante en la ciudad desde el punto de vista paisajístico.” La opinión del experto ibicenco está avalada por la realidad: Cerca de 40 millones de presupuesto, 20 meses de duración de las obras, modificaciones substanciales en zonas verdes y movilidad y racionalización del tráfico con prioridades muy claras: acercar Palma al mar y convertir el área en un espacio hegemónico para los peatones.
Es difícil encontrar otra actuación urbanística en Palma con la misma dimensión y trascendencia. La expresión “de avenida a boulevard”, utilizada por un conocido medio de comunicación local, define con precisión los cambios que transformarán este espacio urbano en “otra cosa”, diferente del estilo del actual diseño.
La reducción de los carriles de circulación —de cuatro a dos por sentido— será una de las actuaciones decisivas para conseguir un nuevo paseo más amable y libre de muchos de los vehículos que circulan actualmente por su trazado. Como suele ocurrir en cualquier obra estratégica, diversos colectivos ya han manifestado su preocupación por los posibles problemas derivados de estas obras. Una reacción habitual en la práctica totalidad de las reformas urbanas que suponen modificaciones profundas del cuerpo de la ciudad. Hablamos de un eje estratégico que, una vez reformado, expandirá su influencia a muchas otras áreas de Palma.
Vecinos, comerciantes, transportistas y empresarios, entre otros grupos con diferentes intereses en la zona, dispondrán de alternativas y propuestas para reducir los efectos y molestias de estas obras. Será el peaje temporal que se tendrá que pagar ahora para disponer en el futuro de un nuevo paseo inscrito en el siglo XXI. Un paseo moderno y sostenible. Una renovada arteria urbana para todos y todas.